Vemos cada mañana como cientos de personas caminan por la calles de nuestra ciudad, tristes, sin más que espíritus vacíos. Pasan frente a nuestra parroquias y capillas, por el templo Catedral y no tienen otros pensamientos que el odio, la venganza, o la indiferencia. Sus pasos son tristes, pesados, nada que envidiar a los de un muerto.
Otros van pasando, pensando que están bien en sus cabales, en sus juicios, en sus pericias en torno a la vida, al sentido de ella.
Dentro de las parroquias, muchos aparecen arrellanados en su piedad, sin pensar en algo que podría cambiar la vida de tantos de los que transitan desvalidos y casi como zombies en medio del espejismo de una ciudad que te da (supuestamente) la paz y la felicidad, lo goces vacíos pero absolutos.
Ante eso cabe decir: ÁNIMO! el Señor te llama hoy a entregarte por Él, sin importar lo que hagas, lo que crees ser tú, o los errores que antes te acongojaron y te hundieron...
ÁNIMO, porque el Señor quiere hacer de ti un instrumento de su paz, del amor, de la esperanza, porque ha vencido la muerte, y te entrega la Vida Eterna, y te anima a ser un hombre pleno, que pone el Evangelio del amor, de la justicia y la paz...
Él quiere celebrar junto a ti esta liturgia de la vida, y la más importante también, la Eucaristía! Para que salgas fuerte no por tus fuerzas, sino por el Espíritu Santo, para que salgas a hablar al mundo y dar testimonio de lo que Él hace en la historia personal y, también muy importante, en la historia de la Iglesia, tan vapuleada, tan atacada por el pecado de sus propios miembros... pero ahí está, firme, por que lo que nos hace fuertes no es ser "La Iglesia", no ese discurso triunfalista de tantos apologetas cómodos y fariseos, sino porque esta Iglesia, llena de pecadores, se nutre de la gracia, del amor que Dios tiene por los hombres, y del amor que profesamos, sin importar nada... Y por eso es Santa...
ÁNIMO, hay personas que te quieren oír la esperanza...
La paz
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