sábado, 20 de diciembre de 2014

Calendario

Tiempo se hace un poco apocado
y no se rebela contra la inocente
patraña de la condena.

Siento que en ese bosque, donde reina la sonrisa
más verdadera, donde el cielo asume los colores
de tus miradas

en ese espacio que blande el río y las
aves colmenan su estancia y la pueden
desmenuzar

en los encallados musgos y espantosas
sombras que pululan en los horizontes que se vuelven un vértice
en cada árbol que extraño
en cada beso ido y en cada oráculo
acallado en
puras verdades.

Ahí puedo sonreír y bailar.

Ahí puedo gritar con fuerza
como campana que repica
con amor.

Como cuerno que llama
con amor

bueno de verdad.

Por mientras, me dispongo a mirar el sol
y quemarme las entrañas

antes de que llueva y salga de esas nubes un estado de ánimo
imperecedero,
pero gentil, siempre abierto y dador de
verde
tiempo para cantar.

Tiempo.



miércoles, 17 de diciembre de 2014

Revisando los pasos de la gente este año

Descubro sin ambages
el tórrido dolor del
desprecio.

Una luna se cubre ante los aires
del bosque
que crece en mí

y se convierte en un oasis
regado con
llanto.

Con la luna que abre un sendero,
con la luna que me muestra
los negros espacios de interés
de quienes me robaron la noche.

Los senderos que se iluminan de esas estrellas
que no veo
pero ahí están,
para que levante la cabeza.

Suenan a cada instante las llamadas
avisando de la posible
fuga de sangre.
Me quedo atónito, con el fono en la mano.

La sangre que doné a quienes la hicieron
jugo insípido,
un rato,
una risa
y nada más.

Los pasos me recuerdan una canción
que dice

calma, ten calma.

Eso es un chiste corto
ahora.

Ahora.

Quiero que llueva.