domingo, 31 de marzo de 2013

La Última Palabra



La Última Palabra
el sueño de la muerte que es disipado
en un despejado que ilumina
el alma.

La Última Palabra es ver cómo nacen
cielos y tierra nuevos,
donde pasará el Hombre
pleno y total.

La Última Palabra
es respuesta,
es acontecimiento,
gozo.

La Última Palabra es
el grito desesperado del Malo,
al verse disipado, nimio,
sin vida,
la que creía vida.

La Última Palabra,
el pecado y la injusticia
en convulsión,
hasta la quietud perpetua de la muerte
bien muerta.

La Última Palabra es camino
sentido
luz.

La Última Palabra
no es
la muerte,
sino la Vida.

La Última Palabra sale
cubierta de victoria,
desde el foso del sepulcro.

La Última Palabra
es la Primera.

Jesucristo.

Vivo.

Vencedor

La Última Palabra.



sábado, 30 de marzo de 2013

Sepulcro...



Estás ahí, Señor, ahí estás
muerto.

Qué misterio, Dios está muerto
en el sepulcro, frío como la noche
del viernes.

¿Tan solidario eres, Jesús, que incluso
asumes nuestra muerte, que
haces la vida en las tinieblas oscuras del Sheol?

Muerto estás, y muchos no lo notan.

Te llevaron a la piedra cavada,
otros pelean,
se besan,
caminan apurados,
ríen con groserías,
groserías sin risa,
pasan y pasan.

Nadie nota que Dios
fue a la muerte.

Vuelve.

Pasan las horas si fruto, sin viento,
sin sol.

Frías.

Levántate y resplandece.

El silencio de María.
Nuestro.


viernes, 29 de marzo de 2013

'H Zoê...



Y ahí lo ves, caminando, herido
coronado, rey
dolor mío,
muerte mía.

Latigazos, escupos, gritos,
insultos, blasfemias,
y llanto.

Llanto.

Los que te gritaban de júbilo
los que te gritan con odio,
los "Hossana" ayer,
los "crucifícalos" hoy.

A ellos miras, y los miras con amor.
Sangras y los miras,
y los miras y los amas hasta
el extremo.

La Vida se arrastra por el Camino Verdadero,
doloroso, terrible, del cual huimos,
Él camina, directo, hacia las alturas
del Gólgota.

Subir para morir, morir para vivir,
lanza que nos regala agua y sangre,
la vida, lo fraterno.

Subir al Padre, en un
abrazo.

Ecce Homo! y lo miramos, y le hacemos
la desconocida, lo miramos y lo llenamos 
de asco, de nuestro asco, de nuestra
putrefacción, 
mierda...

Y pasa, y nos mira, y por cada gota de sangre,
hay una victoria para todos.

Vence, como príncipe coronado, que arrastra el arma
de nuestra liberación, el estandarte de nuestra gloria,
el que nos hace sonreír, ser felices, ser para siempre
Amor-a-Ti-y-a-los-Demás.

Ser para siempre

Cruz.

Camino a vencer.

'H Zoê significa, en griego, "La vida"

jueves, 21 de marzo de 2013

Tres veces el viento...

Pasado mucho tiempo ha de la elección de nuestro Papa Francisco, hace más de dos semanas, quiero hacer un breve esbozo, que ayudará a entender su figura, y la importancia capital en la vida de la Iglesia, necesaria de nuevos vientos, un neuma de nueva vida y energía.

Es Latinoamericano... Pertenece al continente de la esperanza, donde residen la mayor parte de los católicos del mundo, lugar de la formación de una conciencia teológica que solidariza con los pobres y excluidos. Un lugar con la frescura de sus múltiples paisajes, y que se ha convertido en la reserva espiritual de la Iglesia, en reemplazo de una Europa que se precipita hacia el abismo existencial, económico, cultural, religioso. La misión que trae Francisco es la misión de la Iglesia de nuestro continente: ser más cristianos, más fraternos, con más compromiso por la salvación, contra el pecado y la injusticia que nos aplasta. Latinoamérica es un continente crucificado, pero que sabe resucitar, con una visión integral y total del ser cristiano.

Es jesuita... Pertenece a la más importante orden religiosa de la Iglesia, en cuanto a número e influencia. Ser jesuita implica ser una persona altamente preparada en lo intelectual, con un alto uso del don de la razón, con el fin de apoyar en la reflexión de todo el cuerpo de los cristianos. Ser jesuita es estar en la vanguardia, en lo social, siempre con la opinión clara para las cosas importantes que suceden en el mundo. Siempre un paso adelante, y, a la vez en la frontera. Por ello el sufrimiento y persecución por los siglos (dos expulsiones y una supresión) habla de su importancia y vocación profética, de su convicción de firme compromiso por y con el Evangelio. Francisco, como uno de ellos, imprimirá los signos de los tiempos en su pontificado, con la inteligencia y nobleza de un hijo de San Ignacio.

Es Francisco... Como San Francisco de Asís, Il Poverello, quizá uno de los santos más cercanos a la figura y centralidad de Cristo, viviendo en pobreza, entre sus hermanos, en comunidad, devolviendo a la Iglesia el signo de Cristo en medio de los Hombres: pobreza, anuncio, solidaridad. Francisco ha de tomar las columnas de la Iglesia, estructura que se desmorona, para levantarla, no con soberbia, ni como los héroes de la antigüedad, sino con la humildad y sencillez de un seguidor de Cristo, que se hace último, pobre, rechazado, kenótico... exhaltado por el Padre, levantador de las piedras y corazones de nuestra comunidad eclesial.

Bendito seas Señor, por este ejemplo de solidaridad, de sencillez, que viene a renovar y limpiar aquello que se haya de limpiar, y de poner aquello que se haya de poner.

Que María, Madre de los Pobres, lo proteja en su ministerio-servicio petrino, que será difícil, sin duda, pero que tendrá los santos frutos que la Iglesia anhela.

Paz.-



domingo, 3 de marzo de 2013

La higuera

El evangelio de Lucas es el evangelio de la misericordia. Es especial, pues, el trato que establece con la Higuera de la parábola que se presentó este domingo.

Y, para ser claros, la pregunta va de perilla: cuan comprensivos y pacientes somos con tantas "higueras" que nos rodean, desde las personas, hasta las sociedades, incluyendo las instituciones. ¿ Cuántas veces hemos escuchado a más de alguno quiere cortar a la misma Iglesia, por los errares de su historia, que viene, claro, por su humanidad?

Hubo uno que hablaba de cortar el árbol, sin remedio. Y con justa razón! Señalaban el Cielo, pero les cerraban el paso. y, quizá, hay muchos de ellos que justificarían el tomar el hacha.

Pero Lucas, en su gala de mostrar el amor de Cristo, muestra el pasaje leído con otro dejo, más que como amenaza: comprensión y esperanza. Él abonará la historia y nuestras existencias, y lo hará con quien lo necesite, sin importar su situación.

Los invito a pensar cuán capaces somos de aguardar los tres años, en amor y paciencia.

Paz.-