miércoles, 25 de diciembre de 2013

Poner la tienda...

Una de las palabras que durante toda esta navidad ha resonado en mi cabeza es "colocar la tienda". Se trata de la palabra ἐσκήνωσεν, que literalmente significa "puso su tienda, choza, cabaña...". Aparece en Jn 1, 14a:

"Y la Palabra de Dios se hizo carne
y puso su Morada (Tienda) entre nosotros"

Mucho se puede decir de este pequeño pedazo de versículo, como el carácter santo de esa Morada, que evoca la tienda de la Presencia de Dios, la Mishkán, donde Dios se pone en medio de su pueblo, en un lugar especial.

Pero quiero pensar lo siguiente: Dios, en su poder, en su magnificencia, encarnó, se hizo hombre, no para vivir como un potentado, una especie de rey encerrado en su palacete, gozando de los dones que, como déspota, recibe en el temor y terror que provoca su presencia.

Ya no se trata, entonces, de la visión gloriosa de un templo majestuoso, sino... de una tienda! Dios se hace solidario del hombre! Independiente de que la tienda mosaica sea algo lujosa y cargada de solemnidad, no deja de llamar la atención de que la tienda se pone "en medio de nosotros". No lejos, en un lugar inaccesible o misterioso, sino cerca, al lado, en medio de nosotros, como un hombre más, pero que es más, pero no más. Es el Dios-con-nosotros, que nació, vivió y experimentó lo mismo que nosotros. No fue una especie de divinidad que bajó del cielo para aprender a ser hombre, sino que se hizo, efectivamente, un ser humano. 

Y como todo buen ser humano, necesita vivir en medio de la gente... 

No dejo de pensar en la alternativa de traducción "choza", y evocarla al pesebre. Sí, Jesús es probable que haya nacido en alguna cueva ocupada como pesebrera, pero la palabra "choza" me lleva a la reflexión con respecto a la humildad de este rey, rey bien curioso, porque no vino a ser servido, sino a servir.

Algunas ideas con respecto a la tienda-choza-cabaña... :

- Al poner la tienda-choza, Jesús se hace pobre, en medio de los pobres, los primeros en adorarle y contemplar la gloria de sí. 

- Al poner la choza entre nosotros, nos pone en guardia y nos propone una relación de convivencia plena, basada en el amor, la comprensión y el diálogo. Nadie llega porque sí en medio de la gente, sino aquél que trae la paz (cf. Is 52, 7)

- Se hace parte del llamado del pueblo de ese Mesías, que evocan las escrituras, en especial Isaías, aquel salvador que trae "las buenas noticias" (cf. Idem), que trae liberación y esperanza ante la humillación del pecado y de la explotación del poder.

-Trae su choza en lo más cercano que tenemos a mano, somos vecinos... Pero no solo habita en medio, sino "en", contemplamos su gloria, y nos hacemos parte de ella, nos invita al seguimiento y a la conversión. Si no habita en nosotros, de nada vale colocar la casa, seríamos como vecinos que no se hablan.

Este misterio de la encarnación no es una especie de trampolín para colocar a Dios nuevamente en el espacio, en los cielos. Dios nos muestra su ser, su carácter, su persona por medio de Jesucristo, el mismo Dios, pero con cara, con manos y pies, que camina y anuncia, que entró en escena en forma directa, en la vida nuestra, de cada día. 

Que sepamos tener la mentalidad de la tienda, de acogida, de humildad, de fraternidad y de liberación, en la gloria del Reino.

Feliz Navidad, Paz y Bien!







lunes, 23 de diciembre de 2013

Espera!

Mi impaciencia es proverbial,
pero no puedo dejar de
pensar en lo que se alborota
en el corazón.

Tengo la impaciencia
el miedo de
José.

Tengo torbellinos y ansias
de expulsar,
de ser justo,
justamente para lanzar
lejos mi esperanza.

Sacar a quien está llena
de mis incertidumbres
miedos
soy indigno
no puede estar pasando esto.

Pero sorprende el ángel
del Señor.

No temas, porque
Yahweh salva
Jesús
y será Dios entre nosotros,
con nosotros
Emanuel.

Ella, llena de Dios.

Despierto.
Y nace la luz
Vida.


domingo, 8 de diciembre de 2013

Pensares II

Quizá sea muy juzgón con relación al posteo anterior, pero tampoco puedo callar cuando el pecado cunde y daña el corazón de las personas.

Acá tampoco se trata de una acusación a los ricos... Ellos también están llamados a la conversión! Cuando el dios-dinero está impregnando cada aspecto de la vida de las personas, las lleva a un nivel de esclavitud tal que no pueden ver con los ojos del alma. El joven rico es un ejemplo de ello: el cumplir todas las leyes y preceptos no le impidieron cegar al deslumbre oscuro del dinero.

Ponernos a la escucha y ver a nuestros hermanos explotados, pobres, no debe ser visto para un fin instrumental, para que acudamos a ellos para nuestro beneficio. La pobreza, la miseria del mundo es culpa de las estructuras de pecado que asolan cada uno de los aspectos más íntimos de la dignidad humana. Al luchar contra el poder de las riquezas buscamos mayor dignidad, mayor engrandecimiento de la persona humana, hacerla digna, plena, sin trabas para su desarrollo.

No está mal decir que nuestra misión es traer el cielo a nuestras comunidades, a nuestro mundo... No se trata del paraíso en la tierra, sino de acoger el Reino de Dios, de proponerlo y hacer de él nuestro programa, nuestro planteamiento, nuestra vida. Jesús así lo quiso, vino a traer la realidad del cielo a la tierra, y unirla, como Él, persona divina y en dos naturalezas perfectamente unidas, humana y divina.

Si el mundo se hace como Jesús, si nos unimos a él, podríamos decir que lo llenaremos de lo divino, y será esa combinación total, perfecta, que hará al hombre encontrase con los demás y consigo mismo como imagen-y-semejanza-de-Dios.

(Ando breve, pero más adelante haremos algo más extenso, en especial con respecto a mis gustos biblistas)

Paz y Bien.-

sábado, 7 de diciembre de 2013

Pensares

Es difícil escribir a tan oscuras horas, pero no es malo concretar ese antojo, pensando en tantas cosas que se pueden contar.

No obstante, seré breve...

Es difícil no pensar con dolor en las críticas que ha recibido nuestro Papa Francisco, a propósito de su exhortación Evangelii Gaudium, y por muchas de día declaraciones cargadas de vida, de Evangelio, de opción por los pobres y los sufrientes de este mundo.

Me sorprenden, viniendo de personas de marcada tradición cristiana, personas que presumen de arrogante legalismo. Van a Misa, se confiesan, integran grupos...

Pero, cuando se ven amenazados, no dudan en invocar a Mammon, dios del dinero.

Entonces, ¿en qué quedamos? Somos hijos del Dios de la vida, no podemos quedarnos con los ídolos que clsman la sangre del inocente, del explotado.

Un poco de cordura...

(Mañana detallo)

Paz y Bien.-

jueves, 5 de diciembre de 2013

En la alegría...

Momento,
No me hagan renunciar
A ser feliz.

Los agoreros de la desgracia
No caben en mis campos,
Sino la voz de
Aquél que
Es para los demás.

Ni Kikadas, ni dies irae,
Ni amargos con piel de
Buitres, ni pechos
Encallecidos.

Quiero cristianos
Felices
Jugados
Marianos
Todo amor, justicia
Paz y alegría.

¿quedó claro?