Es difícil escribir a tan oscuras horas, pero no es malo concretar ese antojo, pensando en tantas cosas que se pueden contar.
No obstante, seré breve...
Es difícil no pensar con dolor en las críticas que ha recibido nuestro Papa Francisco, a propósito de su exhortación Evangelii Gaudium, y por muchas de día declaraciones cargadas de vida, de Evangelio, de opción por los pobres y los sufrientes de este mundo.
Me sorprenden, viniendo de personas de marcada tradición cristiana, personas que presumen de arrogante legalismo. Van a Misa, se confiesan, integran grupos...
Pero, cuando se ven amenazados, no dudan en invocar a Mammon, dios del dinero.
Entonces, ¿en qué quedamos? Somos hijos del Dios de la vida, no podemos quedarnos con los ídolos que clsman la sangre del inocente, del explotado.
Un poco de cordura...
(Mañana detallo)
Paz y Bien.-
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