Dejar que el Señor actúe en mi vida concreta, en mi existencia del día a día, y dejarme enrutar por su amor, por la voluntad que Él quiere para mi existencia.
Me cuesta, no puedo soltar mi depresión, no puedo amara esa historia que me pena y me recuerda los dolores pasados, los dolores recónditos de un momento en que el Señor actuaba, en que el Señor tomaba su mano con la mía, y me mostraba algo que la pobreza, la violencia, mi propio egoísmo me ocultaban.
Virgen santísima, regálame la pureza, el aceptarme, el amar de verdad...
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