martes, 9 de septiembre de 2014

Prisma

No veas una mancha luminosa
donde existen los mil sabores
de una existencia dichosa
de un mar que se arranca
de un cielo que se propone.

Sonreír no es un lujo, es campo amarillo
de trigos y tiempo,
de maravillas y teneres.

Padecer las horas y las dichas
puñales sueltos de una
tarde.

Cambiar las herraduras de
Rocinante, y endilgar por el
camino de los molinos.

Surcar y deshacerse
en colores.

Una vida se prolonga y se convierte en un amasijo
de colores
de vida.

Un grito.

Un realista está muerto.

A los molinos.

Dark side of the moon.





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