The love is the dance of eternity (Dream Theater, Metropolis part 1: The Miracle and the Sleeper)
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Poner la tienda...
"Y la Palabra de Dios se hizo carne
y puso su Morada (Tienda) entre nosotros"
Mucho se puede decir de este pequeño pedazo de versículo, como el carácter santo de esa Morada, que evoca la tienda de la Presencia de Dios, la Mishkán, donde Dios se pone en medio de su pueblo, en un lugar especial.
Pero quiero pensar lo siguiente: Dios, en su poder, en su magnificencia, encarnó, se hizo hombre, no para vivir como un potentado, una especie de rey encerrado en su palacete, gozando de los dones que, como déspota, recibe en el temor y terror que provoca su presencia.
Ya no se trata, entonces, de la visión gloriosa de un templo majestuoso, sino... de una tienda! Dios se hace solidario del hombre! Independiente de que la tienda mosaica sea algo lujosa y cargada de solemnidad, no deja de llamar la atención de que la tienda se pone "en medio de nosotros". No lejos, en un lugar inaccesible o misterioso, sino cerca, al lado, en medio de nosotros, como un hombre más, pero que es más, pero no más. Es el Dios-con-nosotros, que nació, vivió y experimentó lo mismo que nosotros. No fue una especie de divinidad que bajó del cielo para aprender a ser hombre, sino que se hizo, efectivamente, un ser humano.
Y como todo buen ser humano, necesita vivir en medio de la gente...
No dejo de pensar en la alternativa de traducción "choza", y evocarla al pesebre. Sí, Jesús es probable que haya nacido en alguna cueva ocupada como pesebrera, pero la palabra "choza" me lleva a la reflexión con respecto a la humildad de este rey, rey bien curioso, porque no vino a ser servido, sino a servir.
Algunas ideas con respecto a la tienda-choza-cabaña... :
- Al poner la tienda-choza, Jesús se hace pobre, en medio de los pobres, los primeros en adorarle y contemplar la gloria de sí.
- Al poner la choza entre nosotros, nos pone en guardia y nos propone una relación de convivencia plena, basada en el amor, la comprensión y el diálogo. Nadie llega porque sí en medio de la gente, sino aquél que trae la paz (cf. Is 52, 7)
- Se hace parte del llamado del pueblo de ese Mesías, que evocan las escrituras, en especial Isaías, aquel salvador que trae "las buenas noticias" (cf. Idem), que trae liberación y esperanza ante la humillación del pecado y de la explotación del poder.
-Trae su choza en lo más cercano que tenemos a mano, somos vecinos... Pero no solo habita en medio, sino "en", contemplamos su gloria, y nos hacemos parte de ella, nos invita al seguimiento y a la conversión. Si no habita en nosotros, de nada vale colocar la casa, seríamos como vecinos que no se hablan.
Este misterio de la encarnación no es una especie de trampolín para colocar a Dios nuevamente en el espacio, en los cielos. Dios nos muestra su ser, su carácter, su persona por medio de Jesucristo, el mismo Dios, pero con cara, con manos y pies, que camina y anuncia, que entró en escena en forma directa, en la vida nuestra, de cada día.
Que sepamos tener la mentalidad de la tienda, de acogida, de humildad, de fraternidad y de liberación, en la gloria del Reino.
Feliz Navidad, Paz y Bien!
lunes, 23 de diciembre de 2013
Espera!
pero no puedo dejar de
pensar en lo que se alborota
en el corazón.
Tengo la impaciencia
el miedo de
José.
Tengo torbellinos y ansias
de expulsar,
de ser justo,
justamente para lanzar
lejos mi esperanza.
Sacar a quien está llena
de mis incertidumbres
miedos
soy indigno
no puede estar pasando esto.
Pero sorprende el ángel
del Señor.
No temas, porque
Yahweh salva
Jesús
y será Dios entre nosotros,
con nosotros
Emanuel.
Ella, llena de Dios.
Despierto.
Y nace la luz
Vida.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Pensares II
sábado, 7 de diciembre de 2013
Pensares
Es difícil escribir a tan oscuras horas, pero no es malo concretar ese antojo, pensando en tantas cosas que se pueden contar.
No obstante, seré breve...
Es difícil no pensar con dolor en las críticas que ha recibido nuestro Papa Francisco, a propósito de su exhortación Evangelii Gaudium, y por muchas de día declaraciones cargadas de vida, de Evangelio, de opción por los pobres y los sufrientes de este mundo.
Me sorprenden, viniendo de personas de marcada tradición cristiana, personas que presumen de arrogante legalismo. Van a Misa, se confiesan, integran grupos...
Pero, cuando se ven amenazados, no dudan en invocar a Mammon, dios del dinero.
Entonces, ¿en qué quedamos? Somos hijos del Dios de la vida, no podemos quedarnos con los ídolos que clsman la sangre del inocente, del explotado.
Un poco de cordura...
(Mañana detallo)
Paz y Bien.-
jueves, 5 de diciembre de 2013
En la alegría...
Momento,
No me hagan renunciar
A ser feliz.
Los agoreros de la desgracia
No caben en mis campos,
Sino la voz de
Aquél que
Es para los demás.
Ni Kikadas, ni dies irae,
Ni amargos con piel de
Buitres, ni pechos
Encallecidos.
Quiero cristianos
Felices
Jugados
Marianos
Todo amor, justicia
Paz y alegría.
¿quedó claro?
domingo, 20 de octubre de 2013
¿Y?, ¿encontrará fe en la tierra?
domingo, 13 de octubre de 2013
El leproso, el samaritano, el último (Lc 17, 11-19)
La lepra es un mal que aún causa estragos en el mundo de hoy... |
Resulta sorprendente, pues, notar que no sólo son receptores pasivos, sino que, además, ante el paso y las palabras del Maestro, reaccionan y asumen una actitud activa, de reconocimiento y gozo por lo hallado.
Ése es el mensaje plasmado en la lectura de este domingo, donde Jesús se encuentra con un grupo de indeseados, de rechazados según la Ley Mosaica (Ver Lev 13-14). Se trata de leprosos, impuros para el judaísmo. Nadie podía acercarse a ellos; de hecho, no sólo era impuro un enfermo de lepra (cualquier mancha cutánea podía ser lepra, también), sino todo lo que tocaban. De ahí que en el v. 12 aparece que ellos "se pararon a distancia".
No voy a detallar la curación, es evidente que Jesús realizó el milagro-signo en los enfermos (interesante el hecho que Jesús ni siquiera los tocó, sino que más bien los mandó presentarse a los sacerdotes, y se curan mientras están en marcha). No, voy a quedarme en los leprosos y en la actitud de uno de ellos.
Son diez, para empezar. El diez siempre se ha asociado a lo pleno, a lo que es fácil de recordar: 10 dedos tiene la mano, por ejemplo. 10 debarim-mandamientos dio Yahveh a su pueblo, 10 plagas mandó a Egipto, como señal de su poder ante el Faraón... quizá el escritor evangélico quiere que tomemos en cuenta y recordemos a estos 10 leprosos.
Pero sucede algo insólito: uno de esos diez "se volvió alabando a Dios en voz alta y, postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le dio las gracias" (v. 15s).
1º De esa cantidad (10), uno, sólo uno del grupo aparece delante de Jesús, alabando el verse liberado de la exclusión, del verse apartado. Se siente nuevamente parte del ser-humano, digno, liberado.
2º Para más remate, quien se lanza a los pies de Jesús es... un samaritano, un ser absolutamente odiado por los habitantes de Judea, despreciado hasta la muerte.
No es la primera vez que aparece un samaritano como ejemplo de fe firme y acción fraterna, cosa que se debiese esperar de un hijo de Israel. Fue un habitante de Samaria quien ayudó al viajero asaltado y maltratado hasta la desesperación (cf. Lc 10, 29-37). Lo más bajo a los ojos de los escogidos, el que precisamente reaccionó como debiese hacerlo alguien que ha recibido la Ley Mosaica, que reza el Shemá varias veces al día, ése fue prójimo. Y el extranjero, el despreciado, el último de los últimos, fue el que corrió, el que fue agradecido, el realmente lleno de fe, el que se llenó del Espíritu del Señor. El que vino a dar gloria fue el extranjero, no los nueve restantes (quienes fueron a cumplir la ley al pie de la letra; eran, por ende, judíos).
El correr del samaritano devela el último acto de inclusión en el proyecto del Reino: libre de las ataduras que lo mantenían prisionero, al ver que no formaba parte de los escogidos, se dirige a Aquél que no rechaza a nadie, menos a los que son parias, pobres, miserables. El "levántate y vete" es signo de que nuestro ex-leproso y samaritano resucita y avanza, desde ese punto de partida (lugar de muerte y glorificación) hacia el testimonio. Quien sana participa de la resurrección, es nueva persona, asciende y se hace más humano, más pleno.
La fe fue lo que salvó a este samaritano: la adhesión plena a la persona de Jesús, a quién reconoce como alguien más que maestro (v. 13). De ahí los gestos anteriormente mencionados. Los demás sanaron, pero con la sensación de haber cumplido con los remedos de un acto de sanación propio de un curandero. El excluido es incluido, no por sólo el acto de sanación, sino porque le ha liberado, plenamente, en forma integral.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Religión y cultura en la posmodernidad (Charla del Licenciado Sergio Fernández Aguayo, presidente del Instituto Jacques Maritain, Chile)
- cultura de la emoción: la emoción se ha convertido en la forma efectiva de acceso al conocimiento, es el nuevo concepto para referirse a la experiencia. Como las emociones son pasajeras, y la razón dependen en gran medida de ellas, éstas se tornan circunstanciales. Es común ver (y promover) a los jóvenes el buscar nuevas sensaciones, de todo tipo.
- Cultura del lucro: existe una polarización mundial en torno a lo monetario, el dinero se transforma en criterio de desarrollo integral. El neoliberalismo transforma al dinero en el centro de la vida social.
- Cultura de la tolerancia: no se trata, en realidad, del diálogo respetuoso, del intercambio de opiniones, sino de una indiferencia a lo social, de una subjetividad social: “que el otro haga lo que le da la gana; total, no me interesa”. La sociedad se convierte en una masa amorfa, un montón de desconocidos.
- Cultura de la indiferencia religiosa: además de la evidente indiferencia a lo religioso, junto con ello se vive un proceso de subjetivización de la religión, que está profundamente relacionado con un desprecio hacia la religión-institución.
martes, 16 de julio de 2013
No Te he negado (Pedro Casaldáliga)
como un navío, viejo de aventura,
pero arbolando ya el joven gozo
de quien corona fiel la singladura.
Fiel, fiel..., es un decir. El tiempo dura
y el puerto todavía es un esbozo
entre las brumas de esta Edad oscura
que anega el mar en sangre y en sollozo.
Siempre esperé Tú paz. No Te he negado,
aunque negué el amor de muchos modos
y zozobré teniéndote a mi lado.
No pagaré mis deudas; no me cobres.
Si no he sabido hallarte siempre en todos,
nunca dejé de amarte en los más pobres."
domingo, 31 de marzo de 2013
La Última Palabra
La Última Palabra
el sueño de la muerte que es disipado
en un despejado que ilumina
el alma.
La Última Palabra es ver cómo nacen
cielos y tierra nuevos,
donde pasará el Hombre
pleno y total.
La Última Palabra
es respuesta,
es acontecimiento,
gozo.
La Última Palabra es
el grito desesperado del Malo,
al verse disipado, nimio,
sin vida,
la que creía vida.
La Última Palabra,
el pecado y la injusticia
en convulsión,
hasta la quietud perpetua de la muerte
bien muerta.
La Última Palabra es camino
sentido
luz.
La Última Palabra
no es
la muerte,
sino la Vida.
La Última Palabra sale
cubierta de victoria,
desde el foso del sepulcro.
La Última Palabra
es la Primera.
Jesucristo.
Vivo.
Vencedor
La Última Palabra.
sábado, 30 de marzo de 2013
Sepulcro...
Estás ahí, Señor, ahí estás
muerto.
Qué misterio, Dios está muerto
en el sepulcro, frío como la noche
del viernes.
¿Tan solidario eres, Jesús, que incluso
asumes nuestra muerte, que
haces la vida en las tinieblas oscuras del Sheol?
Muerto estás, y muchos no lo notan.
Te llevaron a la piedra cavada,
otros pelean,
se besan,
caminan apurados,
ríen con groserías,
groserías sin risa,
pasan y pasan.
Nadie nota que Dios
fue a la muerte.
Vuelve.
Pasan las horas si fruto, sin viento,
sin sol.
Frías.
Levántate y resplandece.
El silencio de María.
Nuestro.
viernes, 29 de marzo de 2013
'H Zoê...
Subir al Padre, en un
abrazo.
'H Zoê significa, en griego, "La vida" |
jueves, 21 de marzo de 2013
Tres veces el viento...
Es Latinoamericano... Pertenece al continente de la esperanza, donde residen la mayor parte de los católicos del mundo, lugar de la formación de una conciencia teológica que solidariza con los pobres y excluidos. Un lugar con la frescura de sus múltiples paisajes, y que se ha convertido en la reserva espiritual de la Iglesia, en reemplazo de una Europa que se precipita hacia el abismo existencial, económico, cultural, religioso. La misión que trae Francisco es la misión de la Iglesia de nuestro continente: ser más cristianos, más fraternos, con más compromiso por la salvación, contra el pecado y la injusticia que nos aplasta. Latinoamérica es un continente crucificado, pero que sabe resucitar, con una visión integral y total del ser cristiano.
Es jesuita... Pertenece a la más importante orden religiosa de la Iglesia, en cuanto a número e influencia. Ser jesuita implica ser una persona altamente preparada en lo intelectual, con un alto uso del don de la razón, con el fin de apoyar en la reflexión de todo el cuerpo de los cristianos. Ser jesuita es estar en la vanguardia, en lo social, siempre con la opinión clara para las cosas importantes que suceden en el mundo. Siempre un paso adelante, y, a la vez en la frontera. Por ello el sufrimiento y persecución por los siglos (dos expulsiones y una supresión) habla de su importancia y vocación profética, de su convicción de firme compromiso por y con el Evangelio. Francisco, como uno de ellos, imprimirá los signos de los tiempos en su pontificado, con la inteligencia y nobleza de un hijo de San Ignacio.
Es Francisco... Como San Francisco de Asís, Il Poverello, quizá uno de los santos más cercanos a la figura y centralidad de Cristo, viviendo en pobreza, entre sus hermanos, en comunidad, devolviendo a la Iglesia el signo de Cristo en medio de los Hombres: pobreza, anuncio, solidaridad. Francisco ha de tomar las columnas de la Iglesia, estructura que se desmorona, para levantarla, no con soberbia, ni como los héroes de la antigüedad, sino con la humildad y sencillez de un seguidor de Cristo, que se hace último, pobre, rechazado, kenótico... exhaltado por el Padre, levantador de las piedras y corazones de nuestra comunidad eclesial.
Bendito seas Señor, por este ejemplo de solidaridad, de sencillez, que viene a renovar y limpiar aquello que se haya de limpiar, y de poner aquello que se haya de poner.
Que María, Madre de los Pobres, lo proteja en su ministerio-servicio petrino, que será difícil, sin duda, pero que tendrá los santos frutos que la Iglesia anhela.
Paz.-
domingo, 3 de marzo de 2013
La higuera
Y, para ser claros, la pregunta va de perilla: cuan comprensivos y pacientes somos con tantas "higueras" que nos rodean, desde las personas, hasta las sociedades, incluyendo las instituciones. ¿ Cuántas veces hemos escuchado a más de alguno quiere cortar a la misma Iglesia, por los errares de su historia, que viene, claro, por su humanidad?
Hubo uno que hablaba de cortar el árbol, sin remedio. Y con justa razón! Señalaban el Cielo, pero les cerraban el paso. y, quizá, hay muchos de ellos que justificarían el tomar el hacha.
Pero Lucas, en su gala de mostrar el amor de Cristo, muestra el pasaje leído con otro dejo, más que como amenaza: comprensión y esperanza. Él abonará la historia y nuestras existencias, y lo hará con quien lo necesite, sin importar su situación.
Los invito a pensar cuán capaces somos de aguardar los tres años, en amor y paciencia.
Paz.-
viernes, 22 de febrero de 2013
Tentaciones (A Benedicto XVI)
Tuviste hambre, te tentaron con
pan,
oro,
millones.
No solo de pan vive el Hombre,
las palabras de Dios
son verdad, vida, espíritu
alimento.
Te mostraron reinos, coronas,
diademas, cetros,
esclavos,
poder,
sólo poder!
Porque el dueño del poder
es dueño del pecado
y le da el sinsentido.
A sólo Dios servirás.
Ama a Dios y al prójimo.
Si olvidas a uno,
eres ateo
y esclavo de la esclavitud.
Lánzate de lo alto del templo!
Que te vean periodistas y farándula,
que se llenen las bocas de
Cepedas y Salfates!
Total, una banda de angélicos salvadores te llevaran
al suelo
sin rasguños.
No tientes al Señor, porque
no nació para
llenarse
dominar
ni caer con estilo.
Sino para
alimentar,
servir
y ascender al Tabor
al Calvario
al Padre.
Con nosotros.
miércoles, 6 de febrero de 2013
El Hombre de Hoy (visto a partir de una canción de Quilapayún)
Personas van y vienen, ajetreadas y con la consigna clara de subsistir, de crecer, de ser más, de ser mejor que el resto, para poder "dar un futuro". No hay vida social, y la poca que hay, es basada en el reventón, en la salida a los problemas de la vida moderna, a los dolores que implica ser una persona "moderna".
La imagen se transforma en paradigma del hombre, en un referente de cómo ser. Más importa la fama, el éxito, el dinero... el dinero!! Por culpa de él se destrozan países enteros, la pobreza puebla nuestras tierras, tapada con ciudades de cristal. El dinero, que es una herramienta, se ha convertido, como dijera san Pablo, en la raíz de todos los males.
El trabajo excesivo, el estrés, y otros males asociados son el producto de esta mentalidad actual, que convierte al hombre en una máquina de crecimiento económico, en un sistema como el actual, en donde se llevan en alto situaciones que se les puede declarar como antivalores, que nos alejan los unos de los otros. Horas interminables de trabajo, sobretrabajo en las horas habituales, las horas extras, los requerimientos de empresarios, de los números, del crecimiento... Van poco a poco destruyendo sociedades, familias, personas.
Para qué decir las injusticias, la desigualdad, la discriminación, frutos del mal, del pecado de este sistema.
La fe es dejada de lado, se convierte en un elemento sólo para la vida privada, y se rechaza sin tapujos. De ahí que miles de personas vivan en un sinsentido, sin más valores que los que la selva de cemento impone, olvidando a Dios, ese Dios que ama y va al encuentro de toda la sociedad, ese Dios que nos brinda un descanso y un corazón fraterno y convertido, que se muestra como hermano nuestro a través de Cristo. Se rechaza el creer como signo de esa modernidad que aplasta. O se olvida e ignora. Ateísmo práctico.
Incluso aparecen corrientes de tipo esotérica, que ofrecen soluciones de tipo pseudoreligiosas, pero cargadas de ese individualismo, que es fruto de todo este desastre.
En fin, una sociedad que propone el reino del dinero y el éxito individual. Tampoco es una condena del mundo: es creación de Dios, y todo lo que nace con nuestras manos, es colaboración a esa tarea creadora. Pero estamos olvidando a Dios, colocando a ese reino fatuo que mencioné antes, que quiere borrar al hombre y quitarle su dignidad, convirtiéndolo en "algo".
Con esta introducción quiero dejarles un tema bastante irónico, fruto de la creatividad de una agrupación musical que ha marcado huella a nivel nacional e internacional. Me refiero a Quilapayún, conocido por temas combativos, frutos de una época llena de sueños y convulsionada. Sus temas son reflexivos, a modo de denuncia, y muchos de ellos viajes poéticos a la extensión del tiempo.
En su último disco como agrupación unida (las vicisitudes y la desgracia los terminó dividiendo en dos bandas/os irreconciliables), "Al Horizonte", aparece este track, llamado El Hombre de Hoy, una canción que habla precisamente de este antianhelo del exitismo, de la competencia, del estrés de la omnipotencia de la imagen, de la vorágine de una sociedad que terminará explotando, si no ponemos nuestras manos en traer el reino de Dios, de justicia, paz, solidaridad y amor.
Duele que personas cristianas, no obstante, proclamen estas situaciones de autodestrucción como valores, como elemento a repetir y promover. Terrible, podríamos pensar que realmente estas personas necesitan de una reconversión (o conversión, muchas veces se participa de la vida de la Iglesia más como símbolo de status).
La Iglesia, sin duda, ha dado grandes pasos en este camino... Leer la declaración de los obispos de Chile, durante el año pasado, nos alienta y nos avala en nuestra búsqueda de un mundo más humano, junto a Jesús, que pone en condición divina al ser humano y su dignidad.
Preguntémonos si realmente ponemos nuestro empeño en hacer de este mundo un lugar de hermanos, donde ponemos el Evangelio que es buena nueva y liberación total, sentido de nuestra existencia, y que quiebra las cadenas que nos oprimen y esclavizan, tanto en lo concreto como en lo espiritual.
Con María, Madre de la solidaridad, caminemos hasta la paz y la alegría de seguir a Cristo.
Y disfruten del talento inigualable del Quila...
Paz.-
miércoles, 30 de enero de 2013
Una persona, doble naturaleza: Cristo y nosotros
Primero, no está demás decir que Cristo posee dos naturalezas: la humana y la divina, ambas no mezcladas, sino perfectamente totales, no una menos que la otra. Por ende, Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre.
En eso estamos muy claros, pero ahora me pasaré a otro punto, que quizá le parezca poco relacionado...
Vemos en el seguimiento de Jesús dos tipos, que quizá no se presenten tan puros, pero que, a mi juicio, son tipografías del cristiano de hoy:
Unos, podríamos llamarlos "fideístas". Son aquéllos que hacen de la vida cristiana pura contemplación. Rezan frecuentemente, asisten a la celebración eucarística, leen la Biblia, asisten a cada procesión que exista... Y eso. Nada más. Su vida espiritual se reduce a un ámbito privado, a un mascar reglas y leyes, a mirarse como uno mismo. Por darles un ejemplo, las Escrituras las leen en un ámbito muy personalista, más aun, individualista, dejando todo para "su" vida, lo que dice a "su" existencia. El ser cristiano no trasciende más allá de estas personas, poco les importa la vida de los demás.
Otros, son los "ONG". Ven al mundo, a los demás, en una actitud positiva, abierta, y se vuelcan en su ayuda, con todas las fuerzas posibles. Realizan obras amparadas en la Iglesia, apoyan y cumplen cabalmente el mandamiento del amor al prójimo. Pero... Muchos de ellos, no obstante, olvidan el trasfondo de fe que impulsa a tan noble labor humanista. Olvidan el contacto central con Cristo, que vino a hacer el bien entre los hombres. La Iglesia funciona como cualquier fundación, a sus ojos.
Exacerbar cada uno de esos niveles transformaría negativamente nuestro creer. cuando uno se desarrolla sin el apoyo del otro, termina distorsionando el sentido del ser cristiano, del seguimiento de Cristo.
Como dijimos anteriormente Cristo posee doble naturaleza... Y nosotros, como discípulos, estamos llamados a lo mismo, al entrar en la totalidad de Cristo. El encuentro con su persona completa implica eso, un frente a frente con la totalidad de Cristo, no sólo por partes. La respuesta debe ser total. búsqueda del saber, conocimiento y una vida espiritual plena, unido consustancialmente a una labor social total, en defensa de los pobres, oprimidos, practicando el mandamiento del amor con cada persona.
El cristiano integral ha hecho de Cristo un ejemplo absoluto de lo que es la persona que sigue al maestro. Un hombre que reza, que vive la Eucaristía, ve la manifestación de Dios en los sacramentos, pero que además se transforma en sacramento en el mundo, y actuando como Jesús, que devuelve la vista a los ciegos, que corta las cadenas de los oprimidos, y proclama el Año de Gracia del Señor.
Hay que decirlo, no obstante: durante años, la Iglesia a propuesto el Ser Cristiano como aprenderse el catecismo, "oír misa" y condenara cada cosa extraña y moderna. Muchas persona, en esta época, permanecen con esa mentalidad, incluso promoviendo un estilo de cristianismo más parecido a un budismo impersonal, individualista. El giro de la Iglesia, después de CVII, permitió descubrir con fuerza la dimensión del otro, del Cristo que tiene hambre. sed, está desnudo, preso, agonizante, explotado, desaparecido.
Por ello, debemos actuar en forma integral, como cristianos plenos, de una persona, pero doble naturaleza: divina (oración, interpelación por la Palabra, etc.) y humana (acción social, denuncia profética, etc.)
Pidamos a la Virgen que podamos compenetrarnos del Cristo total, Aquél que nos dice "sígueme".
Paz.-
lunes, 21 de enero de 2013
Vinum Bonum, Vinum Generosum (Jn 2, 1-11)
jueves, 10 de enero de 2013
Con todo...
Con todo amor y alegría
con toda la esperanza y el hombro,
con cada segundo y experiencia,
brota la vida en un surco.
Y no me digas que la esperanza está muerta,
que los dolores están en direcciones poco rectas,
que la muerte es la señora.
Porque Aquél que es dador y Señor de vida
nos levanta,
y caminamos, y miramos su espejo
pobres
explotados
tristes
desalentados
aplastados.
Y comemos entre ellos,
y les damos
la esperanza en lo pleno,
Dios se pone
con los humildes.
Preparen
los caminos del Señor.
domingo, 6 de enero de 2013
Manifestación: el sentido de lo católico... (Mt 2, 1-12, Epifanía)
Los Magos, que, debido a la interpretación litúrgica de Is 60, más específicamente el versículo 3, se les asigna el título de Reyes, venían desde las lejanas tierras orientales, en busca de quién sería el rey mesiánico, anunciado como el Cristo (Mesías) prometido al Pueblo de Israel. Son sabios, que practicaban el estudio de los astros (astro -nomos y -logos), y que eran mal mirados, sin duda por el hecho de querer buscar conocimientos más allá de lo permitido, de hurgar en misterios que únicamente Dios podía permitir.
Pero, no nos detendremos en eso, sino en el signo fundamental de este gesto.
Estos personajes, como dijimos, llegaron guiados por esta estrella, signo de la luz, que Jesús trae al mundo. Fueron guiados desde lejos, y -ésta es una contrariedad para muchos de los que se dieron cuenta- eran paganos, extranjeros, que no creían en el Dios de Israel, el de la Ley, el del Templo.
¿Cómo un grupo de no creyentes en el judaísmo pudieron viajar kilómetros de kilómetros, cruzar medio mundo, para ver al niño, cumplimiento del Mesías, del hijo de David, por tanto tiempo esperado, aquél que restauraría el trono de David, y, más aún, adorarlo?
La única explicación: Cristo se ha manifestado a todos, no sólo a Israel, sino que al mundo. Dios, que ha puesto en el corazón de cada hombre el anhelo de buscarlo, se expresa, se manifiesta a cada ser humano, creyente y no creyente, en la figura del pequeño rey, hundido en pañales, no aquél que gobierna en Jerusalén ni ejerce su poder mediante la opresión, sino en aquél que es la humildad, la pobreza, gloria no por joyas ni tronos, sino por ser siervo, que viene al mundo a traer un tiempo de Gracias del Señor. uno que nace no en la capital, sino en un pequeño pueblo, Belén.
Estos magos honran, adoran, ofrecen obsequios... y se van, no vuelven a Herodes, a quienes antes interrogaban, en busca de ese rey, y que motivó el estremecimiento del monarca y de toda Jerusalén.
Es complicado este texto, sin duda: un rey que es contrariado por la aparición de un supuesto "usurpador", los maestros y todas las figuras religiosas de Israel, que se mostraban enceguecidas (tenían en sus narices las palabras del profeta Miqueas, Mi 5, 1-3) ante el signo poderoso que se les presentaban al frente: unos magos, paganos.
Cristo se manifiesta al mundo, se hace puerta, entrada de un reino que viene a quedarse en medio de nosotros. Los magos no se quedaron en Belén, tampoco se convirtieron a la Ley mosaica, es más, se fueron. Se fueron, a dar testimonio entre sus pares, en su pueblo y su cultura, del mensaje poderoso de un rey, envuelto en pañales, en una pobre vivienda. Entonces, ¿qué esperamos para ser como estos magos? Nos carcome la burguesía, el acomodarnos, el creer que vivir dentro de las parroquias, participar "dentro de" va a asegurar la presencia de Dios en medio de nosotros, de nuestras poblaciones, de nuestro pueblo. ¡No! Salgamos de nuestras parroquias, seamos como estos hombres del Oriente, y entreguemos, en el espíritu del diálogo y la entrega, el mensaje de este niño pascual, que aparece y se manifiesta en medio de nosotros. De nada sirve ocultar el fuego, la mecha que arde... Sirve para alumbrar, no con luces nuestras, sino con las luces claras del Señor. Que muestra el camino y permanece con nosotros.
Volver al sentido de lo católico, lo universal, no como acto de conquista temporal, sino de epifanía de amor, de acontecimiento, en medio de los Hombres. Sin imponer, sino comprendiendo y, sobre todo, amando, siendo signo.
El rey ha sido honrado, y después vivirá la persecución, la tragedia de huir, de escapar a Egipto, y haciéndose en sí mismo la historia de Israel, que va a Egipto, y que vuelve libre, victorioso, en brazos de María y de José.
En este tiempo, que para varios puede ser un tiempo de angustia y sufrimiento, no nos dejemos cegar por la seguridad y por la sed de grandeza (Como los escribas y sacerdotes, que esperaban que el mundo se volviera a ellos, al templo, y a Jerusalén), miremos los signos de los tiempos, y entreguemos el mensaje de los Reyes Magos, que traen esperanza, consuelo, paz, a cada ser humano, independiente de su cultura, de sus costumbres, de su lengua, de su lugar de emplazamiento.
Y, sobre todo, vivir esta manifestación en la alegría!! Algo que hemos perdido, quizá por las formas erradas de fe que se han recibido desde antaño. Aquel que ha recibido la manifestación de Cristo en su vida, aquél que ha sostenido un encuentro frontal con Él, no puedo otra cosa que alegrarse, que sentir el gozo tremendo de ver a Jesús, persona, acontecimiento, que viene a llenar nuestras existencias de sentido.
No imponer, sino comprender... Sin seguridades, sino a saltar a la aventura y la alegría de anunciar.
La Paz.-